lunes, 12 de diciembre de 2016

Riesgos en el transporte sanitario I

Los riesgos que se presentan en el siguiente artículo son aquellos que con mayor o menor frecuencia se pueden encontrar en las diferentes actividades que se realizan en el sector del transporte sanitario, es decir, desde la conducción de la ambulancia, hasta los trabajos realizados en el centro de coordinación, pasando por las tareas de los talleres y/o garajes.
Clasificación
Riesgos de accidente laboral: Físicos

  • ·         Accidentes o golpes con vehículos
  • ·         Caída de objetos desprendidos
  • ·         Caída de personas al mismo y distinto nivel
  • ·         Choques contra objetos inmóviles
  • ·         Contactos eléctricos
  • ·         Cortes y golpes por objetos o herramientas
  • ·         Incendios/explosiones
  • ·         Proyección de fragmentos o partículas
  • ·         Sobreesfuerzos
  • ·         Temperaturas ambientales extremas
Riesgos de enfermedad profesional: Higiénicos

  • ·         Contaminantes biológicos
  • ·         Ruido
  • ·         Sustancias nocivas o tóxicas
  • ·         Vibraciones
Riesgos ergonómicos

  • ·         Carga física
  • ·         Carga mental
  • ·         PVD: exposición a pantallas de visualización de datos



Accidentes o golpes con vehículos
Son los producidos por vehículos en movimiento, empleados en las distintas fases de los procesos realizados en la empresa, dentro del horario laboral.
Las ambulancias como cualquier otro vehículo, no están exentas de los riesgos de accidentes, la mayoría de las causas son comunes a otros vehículos, Ej.: el exceso de velocidad, la falta de conocimiento del vehículo, las malas condiciones climatológicas y de la carretera, el desconocimiento de la misma o el hecho de no mantener las distancias de seguridad.
Los conductores de vehículos de urgencias realizáis maniobras contrarias a las normas de circulación, con la tolerancia de los agentes de circulación, pero esto no elimina el peligro que dichas acciones implican (circular por direcciones prohibidas, pasar los semáforos en rojo, no parar en un Stop, o invadir los carriles contrarios) por ello, antes de realizar alguna de estas acciones debe asegurarse de que el resto de vehículos están advertidos de la presencia de la ambulancia y se han detenido.
Las consecuencias derivadas de los accidentes, son muy variadas, desde contusiones, desgarros musculares, aplastamientos, amputaciones, luxaciones y/o fracturas de huesos, hasta la muerte.
Medidas preventivas
Respetar el código de circulación y utilizar el cinturón de seguridad, tanto en la parte delantera como en el compartimento posterior de la ambulancia.
Antes de pasar un Stop o un semáforo en rojo, asegurase de que el resto de vehículos están advertidos de la presencia de la ambulancia y se han detenido.
Pedir formación sobre conducción en casos extremos y sobre la utilización de luces y sirenas, ya que la mala utilización de éstas puede causar accidentes por sorpresa de otros vehículos.
Antes de utilizar la ambulancia, verificar la fijación y posición de los retrovisores, el funcionamiento de los limpiaparabrisas, luces, bocinas y sirenas de emergencia y comprueba la existencia de los triángulos de señalización y los chalecos reflectantes.
Si durante la revisión de la ambulancia observa algún fallo en su funcionamiento, subsánalo rápidamente o de lo contrario remplázala por otra que reúna las condiciones apropiadas.
Realizar revisiones periódicas de las ambulancias: frenos, dirección, suspensión e incluso motor y ruedas, y pasa puntualmente la inspección técnica (ITV).
Practicar una vida saludable, con periodos adecuados de descanso y sueño.
Si se está tomando alguna medicación o sustancia que pueda afectar a la conducción de la ambulancia, ponerlo en conocimiento de la empresa.
Prever la fatiga con una alimentación ligera y rica en zumos y frutas.
Pedir un vestuario adecuado y retroreflectante, sobre todo en las salidas nocturnas, evitando los colores oscuros.
Para la comunicación con el exterior exigir dispositivos de manos libres: emisora, teléfono móvil o similar.
En caso de asistir a un accidente, para evitar un suceso indeseado, sigue el siguiente protocolo de actuación:
Obtener desde el centro de coordinación la máxima información posible sobre el suceso.
Estacionar la ambulancia a una distancia de 15m del accidente, con una inclinación hacia la mediana de la vía con respecto al sentido de la marcha de 30 º- 35º y una proximidad adecuada al arcén, de manera que no permita el paso de vehículos por el mismo.
Siempre que sea posible bajar de la ambulancia por el lateral más cercano al accidente.
Crear una zona operativa segura y señalizada con conos.
Mantener a la ambulancia con la máxima señalización luminosa, tanto de día como de noche, para alertar al resto de conductores.
Caída de objetos desprendidos
Caída de objetos diversos que no se están manipulando, y que se desprenden de su ubicación por razones varias
El exceso de carga en las estanterías (piezas, filtros o  repuestos), la mala colocación de la misma (objetos pesados en las baldas superiores y ligeros en las inferiores) junto con la ausencia de anclajes que sujeten las estanterías a la pared y al suelo, son algunas de las causas por las que te puedes encontrar este riesgo.
Los daños que puede ocasionar son traumatismos, contusiones, hemorragias, pérdida de la conciencia o incluso la muerte.
Medidas preventivas
Para la elevación de cargas por medio de la grúa pluma utilizar cintas, cables o eslingas y no correas de goma.
Nunca improvisar elementos de elevación.
Verificar el estado de las eslingas, cadenas y ganchos de los equipos de elevación y extracción de los motores de las ambulancias.
Asegurar de que la carga está bien sujeta a los ganchos.
Si se utilizan elevadores de vehículos, comprobar que el puente dispone de dispositivos de seguridad que impidan el descenso no deseado de las ambulancias.
Comprobar que la zona del suelo afectada por el movimiento del elevador esté perfectamente despejada y delimitada.
Realizar el almacenamiento de materiales (piezas, filtros o repuestos) en lugares específicos, delimitados y señalizados.
Comprobar que las estanterías están ancladas a la pared o al suelo con unos dispositivos que aseguren su fijación y firmeza.
No cargar las estanterías con un peso superior al indicado por el fabricante.
Colocar los objetos más pesados en las baldas inferiores.
Verificar que los objetos almacenados no sobresalgan de las dimensiones de las estanterías.
Caída de personas al mismo y distinto nivel
Cuando una persona se cae en el mismo nivel de la superficie por donde se mueve o a otro situado más bajo.
El desorden, la falta de limpieza (cables tirados por el suelo en zonas de paso y oficinas), los suelos deslizantes a causa de placas de hielo en las asistencias externas, o de derrames o acumulaciones de agua, aceites y grasas u otros líquidos en los talleres y garajes, y la inadecuada iluminación, junto con la mala utilización de las escaleras o el mal estado de las mismas, e incluso la imprudencia al utilizar elementos inestables o no apropiados como escaleras, son los principales factores causantes del riesgo de caída tanto al mismo como a distinto nivel.
Las consecuencias pueden ser desde leves rozaduras, hematomas o heridas superficiales a fracturas de huesos y desgarros musculares.
Medidas preventivas
Mantener limpio, ordenado y libre de obstáculos tanto las zonas de trabajo como las de paso.
Si se produce un derrame de grasas o detergentes sobre el pavimento, verter un material absorbente y no combustible sobre el mismo y posteriormente barrer y retirar al contenedor de basura.
Cuando se termine de realizar un trabajo, eliminar los desperdicios generados y guardar en su lugar correspondiente los utensilios y herramientas utilizados.
Pedir que los suelos de las ambulancias sean antideslizantes e impermeables.
Instalar sobre los cables canaletas fijas de protección.
Revisar periódicamente el estado de las escaleras, comprobando su resistencia y los elementos de apoyo y sujeción.
En caso de no poder evitar los suelos deslizantes (suelos helados, cubiertos de nieve, con grasa, etc.) utilizar calzado de seguridad con suela antideslizante.
Comprobar que las escaleras de tijera tienen elementos de seguridad que impidan la pérdida de estabilidad al ser utilizadas.
No utilizar las escaleras para fines distintos que aquellos para los que han sido construidas.
Bajar correctamente de la ambulancia, utilizando las escaleras y asideros.
Carga física
Es el resultado del conjunto de requerimientos físicos a los que se ve sometido el trabajador a lo largo de la jornada de trabajo, cuando se ve obligado a adoptar y/o mantener una determinada postura durante un periodo de tiempo excesivo.
La principal causa por la que sobreviene la carga física es el estatismo postural durante la conducción de la ambulancia; el mantenimiento de la postura sentada durante toda la jornada de trabajo también afecta tanto a los jefes de tráfico como a los coordinadores y administrativos que realizan sus tareas en el centro de coordinación.
Además de la movilidad restringida asociada al trabajo sedentario, también son causas el espacio insuficiente para variar la posición de las piernas y las rodillas, la adopción de posturas inadecuadas en el trabajo o los movimientos repetitivos de manos y piernas.
La tensión muscular estática, dinámica o repetitiva produce dolor de cervicales, tirantez en la nuca, dorsalgias y lumbalgias.
Medidas preventivas
Pedir que los asientos sean antivibratorios, anatómicos y regulables.
Situar la altura del asiento en función de tus características.
Adoptar una postura correcta cuando te sientes.
Realizar pausas o descansos frecuentes durante la jornada para poder cambiar de postura.
Evitar giros y torsiones innecesarios.
Pedir que tu puesto de trabajo te permita mantener el tronco derecho y erguido frente al plano de trabajo.
Revisar periódicamente los mandos de la ambulancia, la calefacción, refrigeración, asientos e iluminación para evitar la aparición de la fatiga.
Si el trabajo es de oficina, comprobar que el espacio existente debajo de la mesa permita variar la posición de las piernas y rodillas y que esté libre de obstáculos.
Carga mental
Esfuerzo al que sometemos los mecanismos de percepción y atención, en la realización de un trabajo.
Los principales factores que potencian la aparición de este riesgo son la realización de los trabajos a turnos (sobre todo la nocturnidad y el ritmo de trabajo excesivo) y el elevado nivel de concentración que requiere la conducción, más aún cuando es de emergencia o cuando las condiciones son extremas.
Otros factores importantes son: el trato directo con los pacientes y los familiares de los mismos, a veces demasiado exigente y hostil; la incomunicación, las malas relaciones laborales, la presión ejercida por la gran repercusión que tienen sus errores y la excesiva responsabilidad en el trabajo así como la mala organización del mismo.
Los daños más frecuentes son: irritabilidad y nerviosismo, estrés, depresión, alteraciones del sueño y dolores de cabeza e incluso problemas estomacales y alteraciones cardiovasculares.
Medidas preventivas
En la medida de lo posible, evitar trabajar a turnos.
Pedir que los turnos de noche y de tarde nunca sean más largos que los de la mañana.
No trabajar en turno de noche más de dos semanas seguidas.
Recordar que los turnos deberán respetar al máximo el ciclo de sueño. Para ello, los cambios de turno deben situarse entre las 6-7H, las 14-15H y las 22-23H.
Pedir conocer con antelación el calendario con la organización de los turnos.
Solicitar asistencia psicológica si es necesaria.
Choques contra objetos inmóviles
Encuentro violento, de una persona o de una parte de su cuerpo, con uno o varios objetos, máquinas, herramientas u otros utensilios colocados de forma fija, o en situación de reposo.
La principal causa por la que se puede presentar este riesgo, es el mal diseño de las zonas de trabajo, tanto de las oficinas, garajes y talleres del centro logístico, como del habitáculo posterior de las ambulancias: espacios reducidos, falta de iluminación o pasillos estrechos.
El compartimento posterior de la ambulancia es un habitáculo de reducidas dimensiones y provisto de numerosos armarios, cajones o baldas, para un máximo aprovechamiento del espacio. Todos estos elementos contribuyen al riesgo de choques contra objetos inmóviles de los miembros del equipo a la hora de actuar sobre el paciente y durante el transporte, debido sobre todo a las partes salientes del mobiliario o de los equipos, o a su incorrecta distribución.
Estos factores junto con el desorden, la falta de limpieza, la escasa iluminación y la distracción pueden provocarte daños tales como contusiones, heridas superficiales, luxaciones, hematomas o cortes.
Medidas preventivas
Mantener limpios y ordenados los lugares de trabajo.
Comprobar que la iluminación sea la adecuada a la tarea a realizar.
Verificar que la distribución del mobiliario, tanto en las oficinas del centro de coordinación, como en la parte posterior de la ambulancia sea la correcta.
Extremar las precauciones en cuanto a los movimientos en el interior del habitáculo de la ambulancia para evitar contusiones con armarios, cajones, equipos, camillas, etc.
Pedir que tu espacio de trabajo sea el suficiente para poder realizar todos los movimientos que requiera tu tarea, teniendo en cuenta la presencia de equipos y materiales necesarios.
Señalizar de forma visible el riesgo de golpes en la cabeza, en los lugares de trabajo donde la altura mínima del suelo al techo no llegue a los 2,5m.
Comprobar que las zonas de paso, salidas o lugares de trabajo estén libres de obstáculos, de forma que en cualquier momento se puedan utilizar.
Contactos eléctricos
Posibilidad de lesión o daño de una persona al sufrir una descarga eléctrica.
Los riesgos eléctricos se derivan de la utilización de equipos, máquinas y herramientas conectadas a la corriente eléctrica tanto en el taller (equipo de soldadura, herramientas eléctricas, etc.) como en el centro de coordinación (ordenadores).
En general las causas más comunes de la aparición de este riesgo son las conexiones con cables pelados, bases de enchufes mal instaladas, cuadros eléctricos desprotegidos, humedades próximas a la instalación, defectos de las conexiones a tierra, o realizar tareas de mantenimiento con la instalación conectada.
Durante las maniobras de rescate y estabilización de heridos, puede aparecer vehículos implicados en un accidente han quedado en contacto con farolas, paneles luminosos, postes de luz o torretas de alta tensión; en estas situaciones hay que extremar la precaución, y antes de actuar aseguraros de que se ha cortado la corriente eléctrica, pues una descarga puede producirte desde contracciones musculares y quemaduras hasta parada cardiaca y la muerte.
Medidas preventivas
Dejar que las operaciones de mantenimiento, manipulación y reparación de los sistemas eléctricos, incluidos los de las ambulancias, las realice el personal especializado y con la instalación desconectada.
Conductor de ambulancias: en cualquier circunstancia que tiene que manipular algún elemento eléctrico como por ejemplo la batería del vehículo, ha de seguir las instrucciones del fabricante y utilizar equipos de protección individual (guantes y botas aislantes).
Comprobar que las herramientas eléctricas están dotadas de doble aislamiento.
Evitar cables desnudos y protege las partes activas o elementos en tensión con aislantes adecuados de forma que resulten inaccesibles.
Comprobar que los cuadros eléctricos permanezcan cerrados y que el riesgo eléctrico está señalizado.
Pedir que todos los enchufes tengan toma de tierra y que los aparatos que se conecten a la red cuenten preferentemente con doble aislamiento.
Pedir que la puesta a tierra y el diferencial se revisen al menos una vez al año para garantizar su correcto funcionamiento.
Evitar las conexiones múltiples y las alargaderas en la oficina.
Contaminantes biológicos
Microorganismos, cultivos celulares y endoparásitos humanos, susceptibles de originar cualquier tipo de infección, alergia o toxicidad.
Cualquier trabajador sanitario está expuesto al contagio de enfermedades infecciosas, las características intrínsecas de las emergencias extrahospitalarias, la necesidad de una actuación rápida, lo agresivo de algunas técnicas, las desfavorables condiciones de trabajo, los pacientes poco colaboradores, las circunstancias inesperadas e incontroladas, el movimiento del vehículo en marcha, etc. Son factores que favorecen la falta de adhesión a las normas y precauciones higiénicas universalmente reconocidas, contribuyendo a aumentar el riesgo de exposición a este tipo de contaminantes.
El principal mecanismo de transmisión, sin despreciar el contacto directo o por vía aérea, es el contacto con sangre o con fluidos corporales vía parentenal; de manera accidental, puede producirse la exposición al puncionar la piel o al contactar con sangre infectada en una superficie cutánea no intacta.
Las enfermedades infectocontagiosas más importantes a las que están expuestos los trabajadores del transporte sanitario son la enfermedad por VIH, las hepatitis B y C, y la tuberculosis.
Medidas preventivas
No realizar el reencapsulado de agujas después de su uso. Deposítalas en contenedores específicos de agujas usadas y usar los mecanismos de seguridad con las que vienen equipadas los nuevos sistemas.
Pedir el establecimiento de un protocolo de residuos sanitarios.
Limpiar rápidamente las salpicaduras de sangre con una solución desinfectante.
Colocar en una bolsa impermeable y señalizada los objetos contaminados con sangre.
Utilizar guantes de látex y si existe riesgo de salpicaduras también mascarilla y protectores oculares.
Acudir al centro sanitario ante la mínima sospecha de posible exposición a enfermedades contagiosas como VIH, hepatitis o tuberculosis.
Cumplir estrictamente las normas de higiene personal; no fumar, comer ni beber mientras trabajas.
Utilizar en la medida de lo posible métodos de trabajo y herramientas o utensilios que no provoquen cortes ni pinchazos.
Antes de manipular las herramientas cortantes o punzantes, asegurase de que previamente han sido desinfectadas y que están en buen estado.
Cortes y golpes por objetos o herramientas
Situación que puede producirse ante el contacto de alguna parte del cuerpo de los trabajadores con máquinas, herramientas, equipos, objetos cortantes, punzantes o abrasivos.
En la mayoría de los casos, estos riesgos se dan durante las actividades de reparación y mantenimiento de las ambulancias (montar y desmontar componentes  o realizar ajustes) debido al uso de herramientas manuales, radiales, pulidoras, etc., inadecuadas a la tarea a realizar, en mal estado o sucias.
La falta de orden y limpieza, la escasa iluminación, los espacios reducidos de trabajo, las malas costumbres (dejar los cajones de las mesas o archivadores abiertos) o la mala ubicación del mobiliario, también son factores determinantes para que aparezca el riesgo de golpe y de corte.
Las principales consecuencias son: magulladuras, heridas superficiales o profundas, hematomas, fisuras o roturas de miembros o pérdida de la masa muscular.
Medidas preventivas
Ordenar y limpiar el lugar de trabajo.
Comprobar que la iluminación es la correcta.
Cerrar los cajones después de utilizarlos y antes de abrir el siguiente.
Verificar que los revestimientos interiores de la ambulancia son lisos y sin elementos cortantes.
Asegurar de que los laterales afilados y cortantes de las rampas de las ambulancias están recubiertos por tiras de goma.
Utilizar las herramientas y utensilios manuales adecuados a la tarea que se vayan a realizar y según las instrucciones de uso y mantenimiento del fabricante.
Inspeccionar periódicamente el estado de los utensilios y herramientas que se utilicen.
Guardar el material y los utensilios que no se utilizan en cajones y organizadores y dejar al alcance solo lo imprescindible.
No utilizar útiles o herramientas en mal estado.
Usar guantes contra la agresión mecánica.
Recordar que el mantenimiento de las ambulancias debe realizarlo personal competente y cualificado.

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