lunes, 22 de febrero de 2016

Vendajes en Urgencias I: Generalidades


Introducción
El uso de vendas para el tratamiento de lesiones se remonta a muchos miles de años. En el pasado se empleó todo tipo de materiales, incluyendo telas de hilo, hojas, papel e incluso pieles de animales. Hoy en día, comprendemos mejor cómo un vendaje puede ayudar a curar una lesión, y dado que se han ido desarrollando vendas especiales para aplicaciones específicas.

Finalidad de los vendajes
Son muchas las situaciones por las que un vendaje está indicado. Por ejemplo se usan para proporcionar apoyo a un miembro, controlar la inflamación, limitar el movimiento de una articulación, sostener otro vendaje en posición (férulas), fijar apósitos en heridas, favorecer la hemostasia de un punto sangrante de forma provisional o definitiva…
Generalidades de los vendajes
Precauciones y principios básicos
Los gérmenes florecen en las zonas tibias, húmedas y sucias. Los vendajes deben aplicarse sólo en las zonas limpias. Si tienen que ponerse sobre una herida abierta, antes de hacerlo se cubrirá con material antiséptico. Hay que limpiar y secar bien las superficies cutáneas y no deben arrugarse cuando se vendan. Las superficies cutáneas adyacentes pueden mantenerse separadas introduciendo una pieza de gasa entre ellas para evitar la maceración de la piel por contacto continuo durante el tiempo en el que está puesto el vendaje.
La presión sobre los tejidos puede afectar a la circulación.
El vendaje se aplica siempre desde la parte distal hacia la proximal del cuerpo, para facilitar el retorno de sangre venosa hacia el corazón. La presión con la que se aplican los vendajes debe considerarse siempre desde el punto de vista de no comprometer la circulación sanguínea, para evitar que se produzca un déficit de nutrición de las células en la zona vendada o una alteración en el retorno venoso.
Por este motivo, se deben comprobar periódicamente para estar seguros de que no existe ninguna interferencia en el suministro de sangre a la región vendada o distal a ella y, siempre que sea posible, dejar descubierta la porción distal de la extremidad para poder valorar las alteraciones circulatorias por presión.
En este sentido, cabe considerar que cuando se aplica un vendaje sobre un apósito húmedo, hay que prevenir la retracción, pues el vendaje también se humedecerá y posteriormente se secará, retrayéndose y produciendo una mayor presión sobre la zona.
La fricción puede provocar traumatismo mecánico en el epitelio cutáneo. Antes de vendar una prominencia ósea, ésta se debe cubrir con un almohadillado, de modo que el vendaje no friccione la zona y no se produzca una herida por abrasión. Las superficies cutáneas se deben separar para prevenir la fricción y la maceración, como he comentado anteriormente.
Los segmentos corporales vendados deben mantenerse en una posición anatómica natural y funcional con ligera flexión de las articulaciones para evitar estiramientos y acortamientos musculares o tendinosos anormales. Hay que aplicar los vendajes en el cuerpo en buena alineación para evitar tensión y fatiga muscular.
Al finalizar un vendaje, para fijar el extremo libre de la venda, hay que hacerlo siempre con cinta adhesiva.
Nunca deben utilizarse los ganchos metálicos que proporcionan en algunas de sus presentaciones ciertas marcas comerciales para facilitar este fin. De este modo evitaremos lesiones cutáneas causadas por el enclavamiento en la piel de los ganchos a través del vendaje.
Complicaciones de los vendajes
Síndrome de compresión: Caracterizado por una serie de síntomas relacionados con la alteración en la circulación y la inervación, causados por una presión excesiva del vendaje. Los síntomas más frecuentes son: dedos levemente cianóticos y fríos, discreto edema que borra los pliegues digitales, hipoestesia y sensación de “dedos dormidos”, palidez discreta.
Ante esta situación hay que colocar el miembro en alto y se hace obligatorio el vigilarlo de forma frecuente para detectar a tiempo mayores complicaciones.
Es difícil que, con los vendajes utilizados en urgencias (son siempre abiertos o elásticos), se produzca gangrena o necrosis por exceso de presión. Si los signos explicados anteriormente fueran a más habría que proceder a abrir el vendaje y mantener el miembro en posición elevada. Si esto no fuese suficiente, se hace necesario avisar al traumatólogo, pues puede estar produciéndose un síndrome compartimental en el que los vasos venosos y/o arteriales están comprometidos, en cuyo caso la solución debe ser quirúrgica.
Edema de ventana: Esta complicación se produce cuando, al colocar un vendaje, se deja una ventana de piel descubierta entre dos vueltas de venda. También puede aparecer al abrir un yeso para valorar una herida subyacente. Al ser ésta una zona con menos presión, se produce un edema hacia fuera de líquido extracelular. Cuando esto ocurre, hay que proceder a elevar el miembro durante 15-30 minutos y luego aplicar un vendaje elástico compresivo sobre la zona.
Escara de decúbito: Se produce generalmente en la aplicación de vendajes rígidos, en nuestro caso férulas, con un almohadillado insuficiente de zonas de prominencia ósea y de presión del yeso, así como en los bordes de la férula. También puede aparecer en vendajes de sostén y compresivos cuando, al aplicarlos, producimos una arruga tanto en la venda como en la piel. Para evitar estos problemas bastará con aplicar un almohadillado extra en las zonas de presión o cambiar los vendajes que produzcan arrugas. Si se ha producido herida en la piel, habrá que cubrirla con material antiséptico y realizar cura y revisión de ésta según su estado evolutivo.
Maceración cutánea: originada por una aplicación del vendaje sobre zonas de piel húmedas o potencialmente húmedas sin un secado o protección adecuados. Esto ocurre en zonas de pliegues cutáneos naturales (axilas, bajo las mamas en las mujeres, espacios interdigitales, en la ingles). Si la piel se ha llegado a lesionar procederemos a realizar curas periódicas para evitar una complicación mayor.
Quemaduras por yeso: Se relacionan con los aceleradores químicos del yeso, la temperatura del recipiente de agua, la cantidad de agua en el yeso, el grosor de la férula y el almohadillado. El uso de agua tibia para activar el yeso, el almohadillado para proteger la piel y una circulación de aire adecuada para  ayudar al proceso de secado reducirán la posibilidad de quemaduras por yeso. Aunque ocurre en pocas ocasiones, cuando el paciente se queja de que la férula está quemando, hay que retirarla de inmediato, ya que cuanto menos tiempo permanezca el agente térmico actuando sobre la piel menor riesgo de quemadura existirá y de menor grado será.
Alineamiento erróneo: Producido por una colocación inadecuada de la extremidad que se venda. Aparecerán molestias por una mayor tensión muscular, e incluso puede haber compromiso neurovascular en caso de fracturas con fragmentos óseos incorrectamente alineados. A la retirada del vendaje puede aparecer alteración de la movilidad con posiciones articulares viciadas por la inmovilización incorrecta y por acortamientos musculares y/o tendinosos.
Cuidados del vendaje y del miembro vendado
Mantener el vendaje limpio y seco.
Valorar cualquier olor procedente del vendaje.
Repetir el vendaje si se suelta o afloja.
Comunicar la aparición de parestesias, hormigueo, frialdad, tumefacción, dolor o cambios de coloración distal, como consecuencia de un vendaje muy apretado.
Aflojar el vendaje y hacerlo de forma segura si aparecen los síntomas anteriores.
Mantener elevada la extremidad vendada cuando esté en reposo, para evitar las complicaciones relacionadas con la alteración de la circulación.
Movilizar las articulaciones libres de la extremidad inmovilizada para activar la circulación y evitar la atrofia muscular y anquilosis articular perilesional. Así como de realizar ejercicios isométricos de la musculatura de la zona inmovilizada, siempre que no estén contraindicados.
NO introducir ningún tipo de objeto entre el vendaje y la piel para eliminar la sensación de picor, por el riesgo de lesionar la piel y la consiguiente complicación de la herida que no está expuesta.
Comunicar si aparece sensación de picor intenso o erupción.
Revisión y cambio periódico de vendajes aplicados sobre heridas, para comprobar la evolución de éstas y detectar a tiempo posibles complicaciones.
En caso de férulas de yeso de miembro inferior, la importancia del uso de muletas para no apoyar el miembro vendado en el suelo durante la deambulación, pues la estructura de este tipo de yeso no tiene la suficiente fuerza como para resistir el peso de la persona, de modo que se rompería, dejando de desempeñar su función y sería un riesgo para la integridad de la piel la arista producida por la rotura del yeso.
Tipos de Vendas
Materiales y su utilidad
Venda tubular de algodón extensible: tubo extensible de algodón entretejido que se aplica directamente sobre la piel antes de colocar un yeso o cualquier otro vendaje.
Evita roces, escoceduras, irritaciones, etc.
Evita que el vello se adhiera al yeso impidiendo así molestias y picores.
Existen distintos tamaños dependiendo de la zona corporal que se vaya a vendar (desde el tamaño inferior para los dedos, hasta el más grande para el tronco).

Venda de gasa: rollo de algodón entretejido, suave, poroso y ligero que se amolda fácilmente a cualquier contorno. Por su poca consistencia, su uso se limita a la sujeción de apósitos.

Venda elástica (crepé color carne): Formada por algodón con un entretejido elástico de goma. Se puede utilizar para sujetar otros vendajes (férulas), para proporcionar compresión en lesiones agudas y para favorecer el retorno venoso de las extremidades.
El vendaje elástico es flexible y cede durante su uso, por lo que resulta inadecuado para el sostén a largo plazo. Tiene la ventaja de que se puede lavar y volver a utilizar.

Venda de algodón: rollo de algodón hidrófilo para almohadillado y protección de la piel antes de aplicar un enyesado o cualquier otro tipo de vendaje que produzca compresión.
Venda de papel: rollo de papel que se utiliza encima del algodón para evitar que se endurezca o se pegue al yeso. También se puede utilizar como protector de la piel cuando se utilizan vendajes adhesivos para evitar reacciones de hipersensibilidad.

Venda de espuma: rollo de espuma elástica muy fina que se utiliza como prevendaje para protección de la piel antes de la aplicación de una venda adhesiva o tape. Por su consistencia y elasticidad, es la más indicada para realizar un vendaje libre de arrugas.

Venda elástica adhesiva porosa: rollo de venda porosa con una cara adhesiva. Este tipo de vendaje es firme, flexible y sus propiedades adhesivas proporcionan una fuerte sujeción. El adhesivo permite que la piel transpire y que el exudado y el sudor salgan aun cuando las capas se superpongan. Este vendaje suele aplicarse sobre una capa Tensoban, de algodón o papel que protejan la piel dado que se han descrito reacciones de hipersensibilidad en numerosos pacientes a los que se les ha aplicado, produciéndose importantes lesiones cutáneas que en algunos casos precisaron de injertos para su curación.

Venda elástica autoadhesiva o cohesiva: rollo de venda formada por fibras de poliéster apretadas sin tejer. Se adhiere a sí misma pero no a la piel. No interfiere con las funciones normales de la piel y no es alergénica. Proporciona una sujeción estable pero flexible, siendo poco voluminosa. Si se aplica superando su elasticidad, se puede utilizar como sostén permanente de ligamentos (vendaje funcional).

Venda de yeso: elaborada con un tejido especial de algodón entrelazado, cuyos bordes no se deshilachan y que está impregnado en yeso. El tejido entrelazado evita que se pierda la masa de yeso y por tanto cada vendaje tiene un contenido de 90% en yeso, esparcido por igual a través de toda la extensión de la misma venda. Es extremadamente útil para una inmovilización total.

Férula metálica: lámina metálica, normalmente de aluminio por su ligereza y maleabilidad, cubierta en una de sus caras por una gruesa capa de gomaespuma. Se utilizan sobre todo para inmovilizar los dedos de las manos, aunque existen en el mercado diversos tamaños que permiten su uso en zonas más anchas como la muñeca y el antebrazo.

Tape: rollo de esparadrapo de tela confeccionado de tal modo que es totalmente inelástico. Se utiliza fundamentalmente para vendajes funcionales, en los que se pretende contener el movimiento únicamente de la parte lesionada de una articulación permitiendo la movilidad del resto de estructuras de la misma.

Elección del tipo de venda
Vendajes de soporte: se utiliza principalmente para sujetar apósitos, aplicar bolsas de frío o calor sobre una zona, o proteger alguna zona del cuerpo (cabestrillo por ejemplo).
Para su realización se utiliza sobre todo las vendas de gasa de ancho apropiado. También se puede hacer uso de vendas elásticas no adhesivas, vendas de algodón (sobre todo cuando vamos a vendar una herida muy exudativa), vendas cohesivas e incluso las mallas tubulares de algodón para zonas de difícil vendaje como puede ser la cabeza/cara o el tronco.
Vendajes compresivos: se utiliza para reducir o prevenir inflamación después de un traumatismo, para proporcionar una inmovilización relativa de un segmento corporal lesionado y para favorecer el retorno venoso.
También se puede utilizar para ejercer presión sobre un punto sangrante con el fin de cortar una hemorragia. Para ello, se utilizará vendas elásticas no adhesivas, adhesivas o cohesivas dependiendo del grado de inmovilización que queramos proporcionar.
Vendajes inmovilizadores: está indicado siempre que se persiga una inmovilización completa de un segmento corporal. Para realizarlo se usaran las vendas de escayola y las férulas metálicas. De forma accesoria se puede utilizar el resto de vendajes.
Formas de vendar
Como coger la venda
Iniciaremos el vendaje sosteniendo el rollo de la venda en una mano y el extremo inicial en la otra. La bibliografía y la práctica dicen que éste debe estar colocado hacia arriba en relación al extremo inicial de la venda, de modo que se facilite su deslizamiento sobre la cara interna de ésta y que sea la cara externa la que entre en contacto con el paciente.
Cogeremos el rollo o el extremo libre de la venda con una u otra mano dependiendo de la dirección que queramos darle al vendaje, y esto va a estar relacionado con la lesión que vayamos a tratar. Por ejemplo, en el esguince de tobillo, aplicaremos la venda en una dirección u otra si la lesión es del ligamento lateral o el medial.
Tipos de vueltas de un vendaje
Vuelta circular: Se usa para vendar una parte cilíndrica del cuerpo o fijar el vendaje en su extremo inicial y distal. En una vuelta circular, el vendaje se enrolla alrededor de la zona de modo que cada vuelta cubra exactamente la anterior. Suelen usarse dos vueltas circulares para iniciar y terminar un vendaje.

Vuelta en espiral: Se utiliza para vendar una parte del cuerpo que es de circunferencia uniforme. El vendaje se lleva hacia arriba en ángulo ligero, de modo que sus espirales cubran toda la parte que se desea. Cada vuelta es paralela a la precedente y se superpone a la misma en unos dos tercios del ancho de la venda. Se usa vendaje en espiral en partes del cuerpo como dedos, brazos y piernas.

Vuelta en espiral invertida o en espiga: Se usa para vendar partes cilíndricas del cuerpo que tienen circunferencia variable, como la pierna y en ocasiones el antebrazo. Se inicia el vendaje como si fuera en espiral y enseguida se vuelve hacia atrás, de modo que las vueltas se van superponiendo de forma cruzada. Así, cada vuelta será paralela a la anterior de la que le precede.

Vueltas en ocho: Se usa para vendar articulaciones. La venda se asegura con varias espirales o circulares por debajo de la articulación. A continuación, se realiza una vuelta hacia arriba en la articulación y se asegura con varias espirales o circulares en la parte superior. Después se alternarán vueltas ascendentes y descendentes cruzadas entre sí y superponiéndose a sus precedentes en dos tercios del ancho de la venda, de modo que se consiga cubrir todo el ancho de la articulación. Es especialmente útil para la rodilla.

Vuelta recurrente: Se utiliza para vendar o fijar un apósito en la cabeza, en un muñón o en un dedo. Después de fijar la venda con dos vueltas circulares en la porción proximal de la zona a vendar, se voltea el rollo para que quede perpendicular a las vueltas circulares y se hace pasar de atrás hacia delante y a la inversa, de forma que cada vuelta cubra una parte de la anterior, hasta que la zona queda totalmente cubierta. Para finalizar se fija por medio de vueltas circulares que cubran las iniciales.

Preparación de una férula de escayola
La inmovilización completa que proporcionan ayuda a la cicatrización y al alivio del dolor, y a evitar las complicaciones de algunos tipos de lesiones. A diferencia de los yesos cerrados, la colocación de férulas permite que se produzca una tumefacción de los tejidos blandos sin que exista compromiso circulatorio.
Para la correcta aplicación de una férula de escayola deberemos considerar los siguientes pasos:
Valorar y registrar el estado neurovascular y la integridad cutánea antes de la aplicación de la férula. Si hay solución de continuidad en la piel en el sitio de fractura o en su proximidad, debe considerarse como una fractura abierta. Notificarlo al médico antes de aplicar la férula. Tapar todas las heridas antes de la aplicación de la férula.
Si está indicado y el tiempo lo permite, es aconsejable lavar y secar bien toda la extremidad antes de aplicar la férula.
Retirar todas la joyas de la extremidad afectada.
Preparar un cubo con agua tibia a 30º C.
Si es posible, cuando se realice la medición de la férula, usar el lado no afectado. Aumentará la exactitud y se reducirán las molestias al evitar el movimiento de la extremidad lesionada.
Extender la venda de escayola del rollo realizando capas en número relacionado con el tamaño de la extremidad a soportar. Alrededor de 13 capas para la pierna y de 9 para el brazo. El ancho de la venda lo elegiremos dependiendo del tamaño de la extremidad a vendar, el yeso nunca debe rodearla completamente.
Almohadillar toda la zona que después abarcará la férula. Serán suficientes dos capas de algodón a menos que haya un edema intenso, y se reforzará el almohadillado en zonas de prominencias óseas.
El almohadillado debe colocarse con un movimiento circular desde la parte distal a la proximal, buscando una forma y presión uniformes.
Si el almohadillado está demasiado flojo, se arrugará y se pueden desarrollar úlceras por presión. Si el almohadillado está demasiado apretado, la tumefacción causará constricción.
Se puede utilizar una malla tubular debajo del almohadillado para proteger la piel de posibles arrugas de éste.
Sumergir la férula preparada en el baño tibio hasta que cese el burbujeo de 5 a 10 segundos. Apretar suavemente para retirar el exceso de humedad, alisarla y aplicarla sobre la extremidad afecta.
Asegurar la férula con un vendaje elástico. Aplicar con un movimiento en espiral de distal a proximal buscando una presión y forma uniformes. La posición deseada de la extremidad debe mantenerse desde el momento en que se aplique la primera capa de almohadillado. Cualquier movimiento durante el proceso de colocación de la férula la debilitará.
Valorar y registrar el estado neurovascular después de la aplicación de la férula.
Elevar la extremidad con la férula y dejar que se seque durante 15 minutos antes de dar el alta al paciente.

Aplicar un cabestrillo en caso de férulas en extremidad superior, e indicar el uso de muletas en caso de extremidad inferior.

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