lunes, 8 de junio de 2015

Técnica III: Reservorios subcutáneos.


Es un dispositivo metálico de pequeño tamaño que consta de una cámara con borde de acero o poliéster plástico y una membrana interior de silicona. Esta parte va conectada a un catéter flexible, con una o dos vías, llegando el extremo distal a nivel de la unión de la vena cava superior con la aurícula derecha.
Generalmente se colocan en el tórax, pero también pueden implantarse en otras partes del cuerpo como el brazo o la zona inguinal.





Observaciones
Indicaciones de los reservorios
La colocación de un Reservorio Venoso Subcutáneo (RVS) se recomienda a todo paciente que requiere un acceso vascular repetido o continuo para la administración de quimioterapia, sangre o derivados u otros medicamentos.
Administración de quimioterapia, administración de alimentación parenteral durante largos periodos de tiempo y acceso a la vía continua o intermitente para toma de muestras sanguíneas.
En adultos es recomendable para tratamientos con quimioterapia, en transfusiones y extracciones repetidas y que presentan malas vías periféricas, en tratamientos con antibióticos sin signos de bacterias ni sepsis, nutrición parenteral prolongada en el tiempo y para hemodiálisis.
La indicación sería prescrita por el oncólogo, hematólogo o médico responsable de su proceso.

Ventajas
Puede estar implantando durante un largo periodo de tiempo, incluso años.
Evita los repetidos pinchazos en las venas. Está preparado para aguantar más de 3.000 punciones.
Preserva las vías periféricas.
Disponibilidad de una vía venosa permanente.
Permite administrar fármacos agresivos con menor riesgo.
Utilidad en cuidados paliativos.
Reduce el riesgo de infección.
Facilita el tratamiento ambulatorio.
Precisa pocos aunque específicos cuidados de enfermería.
Complicaciones
Las complicaciones más importantes son:
Derivadas de la punción y sangrado.
Migraciones del catéter y del reservorio.
Infecciones.
Trombosis.
Obstrucciones: Por precipitación de medicamentos, fragmentos de silicona, acodamiento del catéter…
Extravasaciones: Rotura del reservorio, fragmentaciones de la membrana, hernia del catéter…
Rechazo del implante.
Hematoma local.
Flebitis.
Hemotórax.
Muchas de las complicaciones pueden ser evitables realizando una buena praxis y a través de una técnica estéril.
Otras muchas veces pensamos que se encuentra obstruido y simplemente existe un acodamiento del catéter, por lo que pediríamos al paciente que gire la cabeza para ambos lados hasta que el reservorio fuera permeable.
Material necesario para su uso por el personal de enfermería.
Condiciones asépticas: guantes, gasas, solución Antiséptica.
Jeringa de 20ml y de 10ml.
Aguja “Huber” 19G-22G
Sistema Huber
Tubo de extensión IV con clamp o llaves de tres pasos.
Solución salina.
Contenedor de agujas
Heparina Sódica (Fibrilin) 20UI/ml
Agujas de carga

Procedimientos.
Procedimientos para la inyección.
Explicaremos al paciente en qué consiste la técnica que le vamos a realizar.
Prepararemos el sitio de la inyección bajo condiciones asépticas (aplicar el antiséptico con acción rotativa de dentro a fuera).
Purgaremos con suero salino la aguja “Huber” y clampamos. Elegiremos aquella cuya longitud se adapte mejor al grosor del tejido subcutáneo, que exista sobre el portal, el diámetro se escoge en función del líquido a infundir: 22G para quimioterapia y 20 G para extracciones y sustancias más viscosas. A menor calibre de la aguja (mayor G) más durará la membrana autosellante.
Localizaremos la membrana del portal por palpación de la zona donde se encuentra ubicada, normalmente como se ha mencionado en la región subclavia.

Penetración de la membrana: insertaremos la aguja firme y perpendicularmente a la piel a través de la membrana del portal hasta el fondo de la cámara del portal.

Iniciaremos la perfusión siempre con 10-20ml de Suero fisiológico.
Para infusiones continuas conectaremos el set I.V. o la bomba de infusión al tubo de extensión y aseguraremos la aguja “Huber” al reservorio.
Final del acceso: limpiaremos siempre el sistema con 20ml de Suero Fisiológico y sellaremos con 5ml de Fibrilin.
Procedimientos para la obtención de Sangre
Localizaremos el portal y se pinchará según la técnica descrita anteriormente.
Si el reservorio estuviese pinchado lo lavaremos con 3-5ml de Suero Fisiológico anteriormente a la extracción.
Desecharemos 5ml de sangre.
Extraeremos el volumen de sangre deseado.
Limpiaremos el catéter inmediatamente después de la extracción con 5ml de Suero Fisiológico.
Sellaremos el catéter con Fibrilin si este no se va a usar más.

Procedimiento para la Transfusión de Hemoderivados, NTP o perfusión continua o perfusión continua.
Lavaremos con SF antes de transfundir.
Para concentrados de hematíes usaremos una aguja de calibre 20G
Una vez terminada la transfusión, lavaremos de nuevo el reservorio.
No sobrepasar las cuatro horas de infusión.
La perfusión no debe ser dolorosa
Procedimiento en caso de obstrucción
Comprobaremos en primer lugar que la aguja ha penetrado completamente y ha atravesado la membrana, rectificaremos la posición y verificaremos que el emplazamiento es correcto.
Cambiaremos la posición del paciente y /o le moveremos los brazos para llevar el catéter a su sitio.
Revisaremos que no existe obstrucción externa o acodamiento del sistema de extensión.
Limpiaremos el reservorio con 20ml de suero fisiológico para verificar la situación.
Para las obstrucciones una de las soluciones seria la Uroquinasa 5000UI/ml (siempre por orden facultativa) y después de 1H de su administración, realizar aspiraciones a intervalo de 5min hasta que logremos desobstruir.
Cuidado del Reservorio
Al ser un acceso central es importante recordar las medidas de asepsia y antisepsia y, por tanto, no dejar nunca la aguja pinchada sin que este taponado el sistema, o conectado a un sistema de suero.
Nunca inyectar líquidos a través del reservorio con jeringas menores a 10cc, ya que la silicona de la cámara se puede fisurar y dar lugar a extravasaciones de la medicación.
La presión que se debe ejercer al inyectar o extraer debe ser suave.
El catéter se debe lavar tras cada uso con suero fisiológico, y si no se utiliza se hará un lavado cada 21 días aproximadamente.

Esto contribuye al buen funcionamiento, alarga la vida del reservorio y se evitan complicaciones.

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